Algunas curiosiades

Este blog no está dirigido a algo particularmente. En él podreis encontrar pequeñas cosas que me gustan (escritos, poesías...), inquietudes, formas de pensar y algunos trabajos que pueden serviros de ayuda, o al menos eso espero. Espero que os guste. Gracias.

martes, 12 de abril de 2011

Tú puedes hacer todo lo que quieras...

 

El Circo de las Mariposas es un motivador cortometraje con un maravilloso mensaje de superación personal que nos enseña algunos de los principios y valores más importantes de los seres humanos: el amor, el poder, la dignidad, la determinación y el coraje. 
  
* Dirigido por Joshua Weigel y protagonizado por Eduardo Verástegui y Nick Vujicic, un joven de 27 años, sin piernas y sin brazos.

-¿Qué pasa cuando fallas?
-Se intenta de nuevo...

lunes, 11 de abril de 2011

Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos. 

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas. 

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere. 

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro. 

Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente. 

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita. 

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual. 

  

martes, 5 de abril de 2011

El elefante encadenado

-No puedo -le dije- ¡No puedo!
-¿Seguro? - me preguntó él
-Si, nada me gustaría más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento... Pero sé que no puedo.
El Gordo se sentó a lo buda en aquellos horribles sillones azules del consultorio. Sonrió, me miró a los ojos y, bajando la voz como hacía cada vez que quería ser escuchado atentamente, me dijo:
-Déjame que te cuente...
Y sin esperar mi aprobación, Jorge empezó a contar.


Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
Me llamaba especialmente la atención el elefante, que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. 
Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales...
Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado a unos centímetros en el suelo.
Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía 5 o 6 años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante.
Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: "Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?"
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontar la respuesta:
EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO...
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imagine que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su importencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tienes grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo pero es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...

-Así es, Demián. Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos pensado que "no podemos" hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: "No puedo, no puedo y nunca podré"
Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca y pensamos: No puedo y nunca podré.
Jorge hizo una larga pausa. Luego se acercó, se sentó en el suelo frente a mí y siguió:

-Esto es lo que te pasa, Demi. Vives condicionado por el recuerdo de un Demián, que ya no existe, que no pudo.
Tú unica manera de saber si puedes conseguirlo es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón... ¡Todo tu corazón!